miércoles, 2 de abril de 2014

Continuamos con la documentación

Supongo que la actividad de documentarnos es otro nexo común a todas las disciplinas en las que nos movemos dentro de este cursillo. Desconozco cúal es el protocolo habitual para documentarse en el resto de ellas, pero me imagino que no será muy distante del empleado por mí. Saber de la existencia de bases de datos afines a tu disciplina y su adecuado uso es una herramienta imprescindible para nuestra labor. Tuve la fortuna de tener varias sesiones formativas al respecto cuando comencé a dar los primeros pasos dentro de la universidad, por lo que me siento bastante próximo a estos recursos. Sin embargo, mi experiencia es menor respecto a los gestores bibliográficos, en los que me inicié durante el pasado curso, al realizar mis estudios de máster. Sin duda fue un grato descubrimiento, ya no sólo por la facilidad que caracteriza a la organización de los gestores, que te permiten acceder rápidamente no sólo a tus referencias bibliográficas sino a todas aquellas con las que comparte ya sea con compañeros de armas o con cualquiera de tus amistades; si no también por ahorrarme la tediosa labor de reunir la bibliografía y redactarla a la hora de presentar un trabajo, labor que resta mucho tiempo y que odio fervientemente.

Respecto al mundo de las "alertas" y los feeds tengo la suerte de estar registrado en Infoling, información global sobre lingüística hispánica (http://infoling.org/home.php) desde donde me avisan tanto de publicaciones nuevas, como de congresos, ofertas de trabajo, etc. Sin duda, altamente recomendable para todos aquellos que nos movemos dentro del mundo de las letras hispánicas, eso sí, hay que vaciar la bandeja de entrada cada pocos días.

Antes de finalizar esta entrada, quisiera romper una lanza en favor de la búsqueda por los pasillos de las bibliotecas, del perderse entre las páginas de los ejemplares disponibles y seguir las migas de pan, saltando de estante en estante, amontonándolos y devolviéndolos a sus legítimos puestos donde esperarán hasta que otros ojos se posen en ellos. Puede que sea un proceso más lento, pero le da cierto romanticismo a nuestra labor. En mi opinión es uno de los placeres de nuestra profesión.

2 comentarios:

  1. Hola Nayim,

    Pues si, yo también rompo una lanza a favor de los pasillos de las bibliotecas, que es cierto que en el momento actual estamos tan acostumbrados a internet que parece que lo que no existe en la red, no existe, ¿verdad? Me gustó el rato que tuvimos el viernes para perdernos por la biblioteca buscando las revistas para analizar. Así que intentaremos seguir dando ese toque de romanticismo a nuestra labor :).

    Buen día,

    Maite

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  2. Realizar esta sesión dentro de la biblioteca pretendía exponer al personal a ese placer, que hoy día es evitable, de pasear entre estanterías. Además de placentero puede ser muy útil, ya que exponerse a la serendipia a veces da resultados fascinantes.

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